Los WuXing, por Marina García
En este nuevo episodio nos metemos de lleno con de la teoría de los 5 movimientos o fases de la escuela Naturalista, una de las bases conceptuales mas ricas de la cultura oriental. Los Wu Xing (五行) -madera (木, mù), fuego(火, huǒ), tierra (土, tǔ), metal (金, jīn) y agua (水, shǔi)- son un recurso magnífico para comprender las cualidades de la energía y sus manifestaciones en muchos ámbitos cotidianos.
Digamos que los sabios taoístas no tenía Netflix y se entretenía mirando lo que ocurría según cada estación. Luego de observar por años, siglos, incluso milenos (vieron cómo son los orientales) resolvieron que hay 5 formas en que se manifiestan las cosas y las nombraron así: madera (木, mù), fuego(火, huǒ), tierra (土, tǔ), metal (金, jīn) y agua (水, shǔi). De la elección de estos nombres surgió una de las primeras confusiones ya que en occidente se las interpretó como “elementos” (porque nos recordaban a las sustancias fundamentales propuestas por los pensadores griegos), pero la verdad es que no se trata de materias constitutivas, sino de cualidades de la energía.
Así en el aire es medio difícil, veamos un ejemplo: cierren los ojos y piensen en la primavera, en esos días donde empieza a sentirse mas calorcito, las plantas comienzan a brotar con fuerza, los animalitos salen de sus madrigueras y toooodo comienza a moverse. Hay viento y ganas de empezar cosas nuevas. A ese impulso, ese movimiento de expansión y crecimiento lo llamaron “madera” y todo lo que se manifiesta de forma similar puede entrar en esa categoría, por ejemplo la juventud, la bondad, la ira, el impulso aventurero, la creatividad, etc.
Ahora volvamos a la teoría, el nombre original WuXing se traduce actualmente como Wu 5 (esa es fácil) y Xing que sería algo así como fases, cualidades o repeticiones de un ciclo. Esta última acepción es muy interesante ya que además de sus características propias estas “fases”, tienen un sistema de relaciones internas que permiten que el equilibrio natural y la continuidad de los ciclos de repita una y otra... y otra vez. “Lo único permanente es el cambio” diría el sabio Lao Tzé.
Pero vamos con el resto: Si pensamos en el verano, con su calor y luminosidad, el florecer magnífico de las plantas, todo está en su máxima expresión, abundante y majestuoso… eso es la fase Fuego y todo lo que tenga esas características de ascenso y brillo también será fuego: Un cantante brillando en el escenario, un evento espectacular, un desfile de modas, una fiesta. El fuego nos invita a reír, a celebrar, a compartir con otros, es inspiración y ganas de vivir la vida.
La siguiente fase es la Tierra, y está representada con el final de verano, ese momento en que ya las flores se transforman en frutos y la cosecha está lista para levantar. Es un momento de abundancia y fertilidad en todos los sentidos, ideal para agradecer y repartir, so movimiento es circular. La Tierra representará la generosidad, los vínculos familiares, la nutrición y el soporte. Es una fase que repara y construye por eso todas las fases pasan un poco por ella para realizar su transición.
Luego llegará el otoño. Lo que no es indispensable se soltará, los árboles perderán sus hojas, los animalitos sus pelos, se guardará lo mejor para alimentarse durante el invierno. El Metal, la fase que corresponde a la energía del otoño, nos recuerda que se viene el fresco y que es bueno hacerse de recursos para que el invierno no sea tan arduo. El Metal lleva la energía hacia adentro y nos ayuda a distinguir lo importante, a guardar lo útil, a valorar lo que hay, a dar sentido. Entre las personas ayudará a poner límites saludables, a cuidar el cuerpo, a ser precavidos y previsores.
Por último el invierno llegará con su energía de Agua, el frío y la oscuridad nos darán un poco de miedo pero serán buenas herramientas para desarrollar la voluntad y la sabiduría, que son cualidades de esta fase. En invierno habrá pocos recursos y las cosas estarán mas quietas, momento ideal para descender a nuestras profundidades y conectar lo interno, reinventarse y meditar. El agua representará la conservación y la nutrición profunda, aspectos indispensables para que todo el ciclo se mantenga y continúe una y otra y… otra vez.
Si, yo sé que ya lo están sospechando todo esto suena a cuentos chinos… pero entre nosotros les digo, a mi me lo contó Marco Polo.
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